"La voluntad nacional es una de las palabras de las que los intrigantes de todos los tiempos y los déspotas de todas las épocas han abusado más. Unos han visto su expresión en los sufragios comprados por algunos agentes del poder; otros en los votos de una minoría interesada o temerosa, y los hay, incluso, que la han percibido plenamente formulada en el silencio de los pueblos y han deducido que del hecho de la obediencia nacía para ellos el derecho de mando"

A.Tocqueville, "La Democracia en América"

jueves, noviembre 29, 2007

EL DILEMA POSMODERNO

En pendiente cada vez menos suave nos deslizamos hacia el inevitable dilema nacional, más aún, continental, más aún, occidental:
¿QUÉ OCURRE CUANDO LA DEMOCRACIA SE CONVIERTE EN ENEMIGA DE LA LIBERTAD?
Cuando los dictadores se valen de las urnas, ya sea descaradamente, como Hitler, como Chavez, Evo y cía, ya sea sibilinamente y escondidos detrás de toneladas de maquillaje mediatico y amparados por oscuros intereses, como ZP, ¿Qué hacemos?
El terror, que ganó las elecciones que llevaron a ZP al gobierno es forma típica de la tiranía, sólo que en su perfección posmoderna en España ha llegado a su máxima expresión: El tirano es hijo, fruto y huida del terror. Y los que lo votaron...ahora que se acuerden y apechuguen con su conciencia. Si la tienen.
El rencor es siempre la raíz de toda tiranía. La ideología del odio, por excelencia, es la izquierda: odio de clase, odio tribal, odio al otro, siempre peor que el arrogante progre. Por eso son amigos de todos aquéllos a los que el odio inspira toda su vida: amigos de los tiranos hispanoamericanos o musulmanes; amigos de los nacionalistas que odian España, amigos de todos aquéllos que odien la Libertad, que odien a USA, que odien a Israel. El odio les une, porque es su común inspirador.
En la derrota, altivez
en la victoria, magnanimidad.
En la guerra, resolución
Y en la paz, buena voluntad
Tal era el lema de Churchill. Estamos en guerra. No corramos, como él, el error de anunciar que seremos magnánimos, porque venceremos pero esta vez, seremos implacables. La libertad es un tesoro de nuestros descendientes por el que merece la pena pagar cualquier precio.