"La voluntad nacional es una de las palabras de las que los intrigantes de todos los tiempos y los déspotas de todas las épocas han abusado más. Unos han visto su expresión en los sufragios comprados por algunos agentes del poder; otros en los votos de una minoría interesada o temerosa, y los hay, incluso, que la han percibido plenamente formulada en el silencio de los pueblos y han deducido que del hecho de la obediencia nacía para ellos el derecho de mando"

A.Tocqueville, "La Democracia en América"

sábado, abril 28, 2007

AUX ARMES, CITOYENS

Después de la última tragedia que ha ocurrido en Virginia, toda la demagogia fachirroja se ha desatado para criticar a los bárbaros norteamericanos por su tolerancia hacia la posesión privada de armas de fuego.
Como si las pistolas disparasen solas, la autocomplaciente Europa defiende el monopolio de la violencia por el Estado. Atención a lo aterrador del postulado. Un Estado que monopoliza la violencia ante sus inermes súbditos, como Stalin, como Hitler.

Y además, ese monopolio es imposible, y se demuestra todos los días. Así que todo se reduce a que si un moldavo entra en mi casa, me mata y viola a mis hijas, yo tengo que esperar pacientemente a que el Estado me defienda, pues es quien detenta el monopolio de la violencia. La violencia del moldavo no entra en ese mercado. Por lo tanto el resumen es que los malos tienen pistola, y los buenos a esperar pacientemente al guardia. Muy cristiano. Poco razonable: el Estado es tan enemigo de mi libertad que me impide defenderme. Ni siquiera cuando él no puede defenderme. Que el estado colabore así en el delito tiene hondo significado.

No voy a entrar a comentar la estrecha vinculación que la libertad histórica tiene con el pueblo en armas, a que alude el título, con la posibilidad de defenderse del tirano: la Inglaterra medieval, Suiza siempre, la Roma republicana, la España de 1812 eran naciones armadas, y su fruto fue la libertad, como lo es hoy en USA y en Israel. Pero si me gustaría destacar lo ridículo de dos postulados de la religión predominante en contra del derecho a defenderse: El argumento estadístico y el de facto.

El primero se resume en que la estadística demostraría que donde existe derecho a llevar armas hay más delitos. Es una estadística engañosa, como toda estadística, porque no llega a la razón de crimen de sangre, que desde luego no es la posibilidad real de defenderse, sino todo lo contrario. Que los números reflejen la peligrosidad de los barrios bajos de Detroit se relaciona por arte de birlibirloque con el derecho a llevar armas, cuando el extrarradio de París o las barriadas de Sevilla tienen un nivel de crímenes de sangre equiparables. Es como si se relacionase el crimen con la raza, pues de hecho el extrarradio de Washington o de Detroit son abrumadoramente negros. Si es una estupidez supina relacionar el crimen con el color de la piel, ¿por qué no lo es relacionarlo con la legítima defensa? La estadística no es ni remotamente una prueba científica de una relación de causa-efecto. Quien la establece es el memo que la interpreta a voluntad.

El argumento de facto es el demagógico por excelencia y se relaciona con el anterior: aprovecha horrendas tragedias como la de este asesino de Virginia para relacionar de facto, también por arte de birlibirloque, la legítima defensa con medios proporcionados a la agresión -es decir, el derecho a llevar armas de fuego para defenderse- con el delito, haciendo partícipes de la culpa del crimen a los que defendemos tal derecho. Repugnante, sí señor. El paradigma sería M.Moore y su bodrio "Bowling for Columbine", o como quiera que se escriba.
Resulta que estos crímenes proliferan ante gente desarmada: estudiantes, en ambos casos. Viandantes desprevenidos en otros (francotirador de Washington). ¿No os parece ridículo? es tan fácil de rebatir como mostrar que es raro que un asesino de estos se enfrente con quien tiene la posibilidad de repeler la agresión: cuando en un congreso de la policía, en una reunión de marines, o en una jornada lectiva en West Point entre un loco pegando tiros, retiraré mis palabras. Pero mantendré la conveniencia de saber defenderse, pues dificilmente asesinará a treinta personas. El cerdo morirá antes de disparar dos veces.

En fin, me consuela pensar que cuando un bosnio entra en casa de un fachirrojo y mientras le muele a palos para que le revele donde esconde un dinero que no existe, se complacerá el muy idiota en pensar en estadísticas, se regocijará de su alta civilización mientras le meten la cabeza en una bolsa de basura donde no puede respirar, confiará en el monopolio de la violencia por parte del Estado como los carlistas se fiaban de la virgen: fíate de la Virgen y no corras, les decía Espartero.

Como liberal aborrezco todo monopolio y desconfío del Estado. Imagínense lo que pienso del "monopolio de la violencia por el estado": equivale a la esclavitud, y el escarnio es que los esclavos se regocijan de ello. Que se fíen más del estado que de sí mismos es sintomático de una enfermedad terminal, de ignorancia histórica supina y de una confesión de inmadurez apenas disimulada.

Hay mucho rojo-carca, que apenas esconde su aversión a la libertad, incluso a la suya propia. Ya lo dijo el clásico: quien no esté dispuesto a defender su libertad, merece perderla. Piensen que la mayor de las iconoclastias, las más intolerable de las irreverencias frente a la religión oficial de Europa -la real: la corrección política- es la que yo he hecho hoy. ¿Son o no son cavernícolas estos progres?
Los feminoides eurofachas, no están dispuestos ni a defender la libertad ni a consentir que otros defiendan las suya. Europa parece una mujer maltratada que justifica a su agresor y se siente culpable. Maltrato que acabaría si ellas se pudieran defender, pero da tanta pereza, es tan incómodo, tan difícil, tan....americano. Por eso ofende también la reacción de otras maltratadas: deja al aire nuestra limitación y cobardía; las más implacables inquisidoras de las pocas mujeres musulmanas que se rebelan frente a la tiranía religiosa que padecen son precisamente las demás mujeres musulmanas. Por el mismo motivo Europa aborrece a una América que aún está dispuesta a defenderse.

Satán está entre nosotros, con cara de bueno y corazón podrido. Los fachirrojos se las han arreglado para vender que cierto odio a la Verdad y al Bien es "cool" y está justificado: odio a la libertad, a USA, a Israel, a la Historia de España, a todo lo positivo que ha hecho avanzar al ser humano. Amor a Castro, al Comunismo -santo cielo-, a los islamonazis: tienen cuernos y rabo, y están entre nosotros; por eso no quieren que nosotros tengamos pistola para defendernos. Los corderos han de morir, no defenderse.
Pues aquí hay uno que morirá, sí, pero no se quedará quieto.

miércoles, abril 18, 2007

LA "FAMILIA"

Vuelta de vacaciones, vuelta a una realidad, a veces agobiante, y gastados recuerdos que también vuelven.

Lo recordaré toda la vida. Parece haber pasado ya un siglo, y tan sólo hace menos de diez años. Fue en 1998, durante aquel juicio a la cúpula del Misterio de Interior durante los gobiernos de Felipe González, ese ex presidente que, algo más de tres años de gobierno de Rodríguez Zapatero van a terminar por hacer bueno –qué ironías acaba por gastar el tiempo-. Aquel juicio en el Tribunal Supremo fue el auténtico juicio contra los GAL, se sentaban en el banquillo Barrionuevo, Vera y los antiguos mandos del Ministerio y se les juzgaba por el secuestro de Segundo Marey, la primera acción reivindicada por los GAL, faltaba el number one, pero no entraba en el guión juzgar a todo un ex presidente del Gobierno. Algunos de aquellos pensaron que no tenían por qué comerse ellos solos el marrón y decidieron cantar, y apuntaron directamente a la cúpula de los GAL: González, Barrionuevo y Vera. Entre los que hablaron, se destacó Ricardo García Damborenea, el hombre fuerte de PSOE en el País Vasco, y “uno de los nuestros” hasta que decidió cantar. Recordaré toda mi vida aquel día, y eso que no existen imágenes, tan solo cintas de audio. El juez ordenó un careo entre Barrionuevo y García Damborenea. Damborenea, “Dambo” para los conmilitones de partido, acorraló sin piedad al ya ex ministro, y en esos momentos diputado socialista, fue de antología, un careo de manual, un Barrionuevo nervioso, casi histérico, a penas podía argumentar nada ante las contundentes acusaciones de Damborenea, perdió los papeles y en un momento de acaloramiento Barrionuevo dijo:
-¡Y yo no tengo, como usted, experiencia como delator!
Recuerdo haber dejado lo que estaba haciendo y haberme dicho: “bueno, pues se acabó”. Podía haber elegido cualquier otra palabra: mentiroso, embustero, falsario… y sin embargo el momento hizo que eligiera la única palabra que le acusaba a él y por extensión a todos los demás, a toda la “familia”. Delator: el que revela a la autoridad un delito.


Aquello acabó como acabó –corro de la patata incluido frente a la prisión de Guadalajara-, y casi diez años después uno estaría tentado a establecer paralelismos con el actual proceso del 11-M. Lamentablemente, los pocos que se pueden establecer son desazonadores y no invitan para nada al optimismo, más bien a todo lo contrario.
Que lo que estamos viendo no es el auténtico juicio del 11-M –como no lo fue el juicio contra Amdedo y Domínguez en los GAL-, es obvio. Pero en esta cuestión se acaban las analogías, cuando se juzgó a Amedo, estaba claro cual era el siguiente paso a dar, estaba claro que Amedo y Domínguez eran piezas necesarias en una trama elaborada desde el Ministerio de Interior, y que apuntaba sin lugar a dudas, “por acción u omisión” (IU, quién te ha visto y quién te ve), a las más altas esferas del Gobierno. Bastó que hablasen los “delatores” y todo se derrumbó, o al menos casi todo. Si algo parece claro en las múltiples tramas del 11-M, es su carácter fragmentario, parece como si alguien hubiera aprendido de los errores. A pesar de todo lo que se ha descubierto, existen demasiados cabos sueltos, demasiadas complicidades cruzadas, demasiadas cabezas de turco, y, si se me permite la expresión, demasiados peones sacrificados y sacrificables. Hay demasiada gente que sabe poco, y muy poca –me temo que demasiada poca- que sabe lo necesario.
Como en caso GAL, también el transfondo parece tener el mismo aroma: el maloliente tufo del terrorismo etarra, y las relaciones –todas ellas ilícitas-, que un partido ha pretendido tener con la banda terrorista: como vengador justiciero que negociaba con los muertos en la mesa, o como encubridor de posibles implicaciones que estorben (o delaten ante la sociedad) su, digamos, “proceso de paz”.

Pero es en un aspecto donde los paralelismos se hacen más evidentes, y por desgracia resulta ser en la peor de las cuestiones. Me refiero a algo que a día de hoy –a pesar del uniforme coro de agradecidos (o aterrados) turiferarios que denuncian conspiranoias absurdas-, resulta evidente: la implicación, y por consiguiente, la existencia, de elementos o tramas en las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, que actúan de forma impune y obedecen consignas de partido, conformando un Estado dentro del Estado refractario a cualquier control ciudadano. Autentica “Cosa Nostra” que se ha mantenido intacta desde los gobiernos de González, que ha convertido en cortijo infranqueable determinadas áreas de la política de Seguridad, que ha actuado fuera de la Ley, que ha robado y medrado en connivencia con el poder político, que ha subsistido todos estos años de democracia y que ha encontrado en el PSOE su banderín de enganche con el poder. Está por ver cuál es el grado de implicación, pero con los hechos en la mano, parece decisiva su labor en la tergiversación de pruebas, y sobre todo, en aquellos días de confusión deliberada y desinformación que trascurrieron tras la masacre del 11-M. Evidentes son también los contactos más que estrechos con el entonces partido de la oposición, que poseyó en todo momento información que le fue hurtada al Gobierno y que supo aprovecharla convenientemente en su provecho en ese autentico aquelarre que culminó el 13 de Marzo. Resulta desazonador comprobar como muchas de las hebras que constituyen la compleja trama del 11-M, comienzan, terminan o rodean a miembros de las FFyCCSE. La “familia” se ha mantenido intacta, a pesar de las tímidas –humillantemente tímidas- acciones judiciales, se ha enseñoreado ante nuestras narices y pretende seguir haciéndolo.

Un Estado de Derecho que funcione se lo puede permitir todo, siempre acabarán depurándose responsabilidades, excepto una cosa: la existencia de un Estado Interior que actúe de forma impune, que se sitúe al margen de la Ley y que haga y deshaga a voluntad, siempre en beneficio de la “familia”, y respetando una “omertà” que les mantenga a salvo.
Con todo, lo peor no es la constatación de su existencia, si no la incapacidad del poder político para acabar con ella. ¿A qué se dedicó el PP durante ocho años de Gobierno? No hizo nada, prefirió mirar a otro lado, y no fue por desconocimiento. ¿Temor quizá, incapacidad? ¿O algo peor aún, pretendidas “razones” de Estado que justificasen la inacción?
A la hora de repartir responsabilidades, aquellos que ufanan hoy de la “excelente” gestión de los Gobiernos populares al frente de Interior, tendrán que rendir cuentas.

Vuelta de nuevo, the raw reality.

domingo, abril 15, 2007

LA LÓGICA SIEMPRE CONVENCE

Pedro Jota hace hoy unas revelaciones escalofriantes en su rollo dominical. Con ésto todo casa, todo se entiende, salen las cuentas de la historia. Lo único que extraña es que no lo haya dicho antes.
Todo lo que ha ocurrido en España desde hace tres años sólo se explica si González estaba en lo cierto. Y por lo que parece en el juicio, va a ser que sí. No deja de tener gracia que la incontinencia verbal de ZP le vaya a dejar con el culo al aire, que la información privilegiada de que disponía el PSOE haya llegado a su mayor enemigo -PJ- el mismo día de autos y por boca de ZP, y que González -la reina madre de nuestras desgracias- haya sido tan idiota de vanagloriarse ante ZP de su poder: vanitas vanitatis. Es la vanidad de hombres pequeños como estos la que nos está llevando a la ruina. Definición de gentuza.
Ahora bien, la verdad que se va sabiendo -y ésta lo es con la claridad de la luz del sol- demuestra que estamos en guerra. Nos quieren eliminar políticamente y si nos resistimos a dejar de ser ciudadanos, físicamente. No se avergüenzan sino que están orgullosos de sus crímenes.
Por eso la lógica explica que a la izquierda no le repugne aliarse con los etarras para conseguir que la derecha no gobierne, que desaparezca, que nunca haya existido. Su complejo freudiano autodestructivo lleva a España al abismo. Se hunden, y lo saben, pero han decidido abrazarse a España para llevarla al fondo con ellos. La maté porque era mía. Era suya, señor Polanco; señor González; señor ZP. Pero ya no lo es, y conociendo la historia yo empezaría a temer por sus vidas y haciendas.
Hay que ir a por ellos. Asesinos y traidores, fuera de España.

lunes, abril 09, 2007

DE REI DEMOSCOPICA

Después de leer la última encuesta que ayer publicaba El Mundo, dando la hipotética victoria electoral, aún hoy, a ZP, me pregunto si es posible convivir con la parte de España que a la pregunta de los encuestadores ha contestado que votaría por el Estúpido Traidor. Para convivir con alguien hace falta algo más en común que la simple habitación en el mismo terruño. Somos vecinos de bárbaros, no hablamos el mismo lenguaje. ¿Cómo vivir sin añorar tristes épocas en las que se permitió eliminar a ese otro? Seguro que ellos creen lo mismo, así que parece difícil sentar unos pilares para construir una casa en común. Sencillamente no nos toleramos. Los españoles nos seguimos aborreciendo con un odio irracional que escondemos bajo apariencia de ideales políticos. Al menos ellos son así, y a riesgo de pecar de autocomplaciente quiero decir que en eso son peores que nosotros. Ahora, si alguien te odia sin motivo, tampoco vas a sentirte culpable ni a evitar aborrecerlo por tu parte. En ese caso debes odiarlo y prepararte para la guerra.
Por otra parte no quiero dar la impresión derrotista que cariñosamente critico en nuestro socio Oswald. No. Por muy fuerte que sea la tentación de calificar de estúpidos a los estúpidos no caeré en ella. Sí tengo que reconocer que las encuestas son limitadas. Las respuestas posibles son pocas. Junto a A), B) y "C) no sabe/no contesta", debería el encuestador averiguar a cuántos de los que respondieron por A) o B) incluir en un último grupo oculto: "no sabe, pero contesta".
En principio son reacio a aceptar los resultados de toda encuesta que no sea la electoral. Es más, los resultados de ésta me parecen especialmente sospechosos, por razones que ahora no viene al caso enumerar, tanto políticas como personales de Pedro J., así que me voy a aventurar a hacer un pronóstico basado en lo que veo en la calle, cada día, en lo que siento en el aire, en lo que intuyo que barrunta el españolito común: me juego el poco prestigio de augur que me resta en apostar que las elecciones del año que viene -las municipales ni las considero- el PP ganará por mayoría absoluta, o casi.
Queda dicho, igual que las encuestas. Alea Jacta Est.