"La voluntad nacional es una de las palabras de las que los intrigantes de todos los tiempos y los déspotas de todas las épocas han abusado más. Unos han visto su expresión en los sufragios comprados por algunos agentes del poder; otros en los votos de una minoría interesada o temerosa, y los hay, incluso, que la han percibido plenamente formulada en el silencio de los pueblos y han deducido que del hecho de la obediencia nacía para ellos el derecho de mando"

A.Tocqueville, "La Democracia en América"

domingo, marzo 18, 2007

LA LIBERTAD O LA VIDA

Me parece paradójica y muy reveladora a defensa interesada de la vida que ha hecho la izquierda con el asunto del Etarra Flaco. Y no es la única vez; el "No a la guerra" se basaba también en un punto de vista buenista y autocomplaciente de sacralizar la vida por encima de todo. Como si de un grupo antiabortista se tratara, quien lo iba a decir, ahora los fachirrojos defienden la vida incluso por encima de la voluntad del interfecto.
Prescindiendo del carácter interesado de esta postura que está clarísimo por su relación con el proceso de rendición y alianza con la ETA, y de su hipocresía por no coincidir con casos anteriores, como el del tetrapléjico Sampedro de "Mar Adentro", creo que responde a una visión mas profunda y sintomática de la crisis enorme que padece el espíritu europeo.
Lo que late en el fondo de la aversión a la guerra, de la prevalencia de la vida sobre la libertad que defienden desde la Iglesia hasta los fachirrojos -cuando les conviene- no es otra cosa que la rendición ante el totalitarismo salvando falsamente los problemas de conciencia: consiste en reivindicar la cobardía como algo bueno, moralmente superior, y así, poder ser cobarde sin remordimientos.
Si la vida vale más que la libertad, ¿para que resistir y pelear ante la ETA, ante los islamonazis, ante cualquier amenaza? Mejor rendirse. No hay que arriesgar la vida propia ni amenazar la ajena con una defensa oportuna y contundente. Mejor dejarse sodomizar, robar, someter y en fin, tiranizar, que es de lo que se trata. Es como si nos dijese el Gran Hermano: "Someteos de buen grado, que resistirse al tirano es pecado".
"Hay que reivindicar la cobardía" se ha llegado a decir por un contertulio de la SER. En eso consiste. Es la mayor victoria del totalitarismo a través de la guerra psicológica. Vietnam les enseño sobremanera. Ya saben que la moral combativa de la retaguardia vale más que los cañones.
Pues no: desde aquí afirmo que la vida humana es sagrada por ser soporte de la libertad, que es la que es sagrada en sí misma. Que lo que hace al ser humano el ser más digno de la creación no es su fisiología, sino su potencialidad moral: el ser sujeto de conciencia y por lo tanto de libre albedrío.
La vida me la podréis quitar; la libertad, jamás.

3 comentarios:

pacobetis dijo...

Creo que cada persona es libre de vivir y morir como y cuando quiera. No se le debe quitar a nadie el derecho a morir cuando lo vea oportuno. Cada uno tiene sus motivos para vivir o morir. Equivocados o acertados, son sus motivos y merecen todo mi respeto. No soy de los que defiende la eutanasia como una bandera de la modernidad y el progresismo (Mar Adentro) sino como el resultado de la desesperación personal ante el sufrimiento irreversible (Millon Dolar Baby). Supongo que yo no utilizaría nunca esa opción y no querría verme en la tesitura en la que alguien querido me lo pidiera. No se si tendría valor para hacerlo o valor para no hacerlo.
Dicho todo esto me hago una pregunta ingenua: ¿por qué no se ha respetado el derecho de De Juana Chaos a acabar con su vida? ¿acaso no tiene él los mismos derechos que cualquier otro? ¿por que se ha cometido la injusticia moral de obligarlo a sobrevivir en este horrible mundo?

En cuanto a la capacidad de plantar cara por la libertades algo totalmente ajeno a ese conglomerado de oportunistas que se adueñaron del poder el 11-M. Su ideal es el de la "rendición preventiva".

aunque no tenga nada que ver con el tema no os perdais este vídeo:

http://sentir-luchar-vencer-podemos.blogspot.com/2007/03/cuntos-judos-mat-mam.html

fermat dijo...

Es curioso, y revelador, como maneja la dialéctica vida-libertad la izquierda, dando más énfasis a una o a otra según dicte el guión de esta nueva ortodoxia, producto del pensamiento débil pero no menos implacable que aquel diamat, ya olvidado, del comunismo. Dos ejemplos.

Terri Shiavo estuvo postrada en coma durante doce años. Durante sus últimos años de vida hubo una encarnizada batalla legal entre sus familiares directos, que se oponían a que Terri fuera desconectada, y su marido -que había rehecho su vida con otra persona-, que abogaba por su desconexión de los aparatos que la mantenían con vida. Terri en ningún momento dejó documento alguno o testamento en el que constara su voluntad llegado el caso, tampoco, obviamente, hubo posibilidad de preguntarle. La progresía, a uno y otro lado del Atlántico, se puso de forma unánime de parte del marido, el cuál adujo en todo momento razones de intención: “es lo que Terri hubiera querido”. Se erigió el principio de la libertad personal, aún en su forma hipotética e intencional, sobre cualquier otra consideración. No se trataba de una decisión libre y consciente si no de una libertad hipotética, y por tanto trufada de ideología. Un juez de Florida falló a favor del marido. Se desconectó la vía por la que Terri recibía alimento, fueron dos semanas de lenta agonía hasta que Terri murió. Podemos pensar lo que se quiera, pero la muerte de Terri Shiavo fue cualquier cosa menos eutanasia (buena muerte).

En otras ocasiones es el principio de preservar vidas lo que se erige en valor supremo, obviando cualquier otra consideración, aunque implique la libertad. El argumento más manido y pretendidamente irrefutable que se adujo contra la intervención militar en Afganistán e Irak, fue el de preservar vidas inocentes. Poco importaba que la población estuviera sojuzgada por dos regimenes despiadados, que la libertad de sus habitantes, y de manera muy especial la de su mitad femenina, estuviera cercenada y sin posibilidad de evolución, que la libertad de las mujeres afganas, por ejemplo, se redujera a elegir el color del burka que estaban obligadas a llevar. De poco importaban los deseos de la población de acabar con una dictadura execrable o una teocracia demencial, había posibles vidas en juego, por tanto nada se podía hacer salvo lamentarse, como si de una catástrofe natural se tratara.

Tras estas contradicciones en lo que a la consideración de la vida y la libertad por parte de la izquierda, late algo más profundo que la banalidad con que manejan los conceptos. La vida y la libertad no son más que nodos en una, mas o menos, burda red de prejuicios con la que el pensamiento progre construye la realidad. Son conceptos vaciados de todo contenido real y preñados de “ideología”, que se deben manejar con la arbitrariedad que marque el guión: antiamericanismo, pensamiento débil, emociones, desvirtualización de categorías, valores imaginarios… Sostener una cosa y la contraria, eso tiene un nombre, doblepensar, o en una acepción más familiar, irracionalidad de lo políticamente correcto. La nueva ortodoxia.

Saludos.

Persio dijo...

El tertuliano de la SER que reivindica la cobardía es sincero. Algo es algo. Creo que sin querer ha dado en la clave de muchas de las actitudes tontas y útiles de hoy en día. La retórica de la paz: no me matéis y me someto a vuestra voluntad.